¿Qué es eso tan cabalístico que encierra en sí la belleza de la espera?
Saint-Exupéry, autor de El Principito, lo describe bien en la frase <<Si vienes por ejemplo, a las cuatro de la tarde, comenzaré a ser feliz desde las tres>>
Es la esencia de las bodas, la belleza que encierra la expectativa de un acontecimiento que se prepara durante muchos meses y que se celebra sólo unas horas, por eso es tan importante para las parejas que todo salga perfecto, por la ilusión puesta en ese «cómo será»…
Por eso dedico este post al alambique de la espera, a ese poso de las cosas que admiramos durante la preparación, a esa relación entre organizar una boda, preparar una tarta o decorar una habitación. Es la
expectativa puesta en el resultado lo que nos hace
enamorarnos del proceso y engancharnos del tiempo que en esa espera nos parece que no encuentra horizonte.
Muchos me preguntan que por qué escribir en un blog de decoración e incluso por qué incluir un tablero de «Detalles con gusto» en Pinterest, si la razón de Nara son las bodas. Pues bien, lo que tienen en común ese enigma de lo bello. ¿Cuántas veces os habéis quedado atrapados en los tableros de Pinterest, con varias pestañas abiertas en un bucle sin fin del que es bastante complicado desconectar? Seguro que más de una vez y seguro que no sólo con pines relacionados exactamente con lo que buscabais…
Y eso es porque nos gusta soñar despiertos y nos divierte abarcar cada vez más y más. Lo bonito de los sueños no son éstos en sí, sino el camino que tomamos y el tiempo que dedicamos a alcanzarlos. Nos aferramos a la ilusión, por eso en la mayoría de los casos (al menos los que conozco) las parejas se sienten felices porque el resultado supera sus expectativas. Y es cierto que es muy difícil que la imaginación abarque en forma a todos esos sueños, pero lo que realmente les enamora de ese momento es la espera. No hay nada como disfrutar de los preparativos. Y esto se puede aplicar, como decía en un principio, al resultado de una obra, de una tarta de cumpleaños, de una pequeña reunión de amigos, de una boda, de un viaje o de la preparación de la nueva habitación de un recién nacido.
Por eso nos atrapa la decoración. Es una manera de comer a pequeños bocados trocitos de tarta. El espacio pasa de ser frío a dotarse de personalidad, de un encanto especial del que nos gusta rodearnos en nuestra vida cotidiana. Pero son cosas que no se consiguen de manera efímera, sino preparando la leña para que encendamos el fuego que nos dará calor y que luego nos quedaremos mirando embobados durante minutos, sin pestañear.
He cogido ejemplos del tablero que os comentaba para mostraros la belleza de las pequeñas cosas de las que nos gusta rodearnos, las cosas cotidianas dispuestas de una manera especial que destila paso del tiempo.
Estanterías inventadas con objetos no destinados a tal fin, maderas nobles mezcladas con sillones antiguos re-tapizados diferentes entre sí, ladrillo visto sobre el que se disponen láminas y fotos junto con objetos de decoración colgados para romper la monotonía, carteles con mensajes y flores frescas. Son cosas que he visto tanto en bodas como en salones y funcionan igual de bien.
La luz, el color, la textura y la calidad de la materia, son la bergamota de la decoración, lo que hace que un pequeño rincón o un pequeño momento marque tanto como un gran espectáculo.
Una puerta suspendida para formar una mesa, un sofá colocado de espaldas a una ventana, colocado de tal forma que aprovechas ese rayo de sol inclinado que te calienta las piernas mientras lees un libro o una revista de decoración, un rincón de la cocina pensado para organizar cosas útiles y hacernos la vida más fácil o un pastel de varias capas con chocolate, sirope y frutos rojos. Todas estas cosas transmiten tiempo empleado para regalarnos a nosotros mismos felicidad. Y ahí está la clave, «disfrutaré de ese momento, disfrutaré cuando estés aquí conmigo, pero seré feliz desde antes, sólo pensando en que ese instante llegará».
Por eso la deco está tan ligada al concepto boda. Las parejas cuando visitan varios establecimientos y al cabo del tiempo se decantan por uno, tienen que volver a verlo, porque lo que recuerdan del sitio son detalles de decoración, pequeñas notas de color, cosas muy específicas, pero luego no saben si la sala que tiene que albergar a todos los invitados era lo suficientemente grande, si había salida directa a la terraza, si los interiores (en caso de tener que pensar en el plan B por riesgo de lluvia) tenían los techos amplios y ventanas…
Y por último, qué rincones son los que pueden ser los idóneos para sacar la foto perfecta, cuál es el sitio ideal que con ayuda de un poco de decoración se convierte en la imagen destacada, la más impactante, la de recuerdo, la que identifique el todo por la parte. El lugar donde «esperaré a tu encuentro desde las tres».
Gracias por leer estas pocas impresiones sobre decoración, espero que os haya gustado.
Hasta el próximo post!
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Hola !!!
Sabes? me ha encantado la reflexión de seré feliz mientras preparo algo super especial,con toda la ilusión del mundo y mil detalles preciosos y bellos!!.
Ah!! la belleza ,las bodas y las esperas.
Yo acabo de terminar un post sobre como hacer cosmética eco casera y ,llevo sintiendo esa felicidad que hace cosquillas en e l estomago mientras preparaba los emboltorios,los dibujos de la etiqueta «Hand made, with love»….
Te dejo el enlace por si te apetece verlo.
http://lascosasdealmaazul.blogspot.com.es/2014/11/oda-la-rosa-cosmetica-natural-casera.html
Te sigo desde hace tiempo y adoro los preciosos detalles,tus fotos e ideas y «El Principito».
«Bss olor a rosas de terciopelo rojas de otoño!!!.