¿Recordáis alguna época con tanta embriaguez creativa como la que vivimos ahora? Estamos en crisis, sí, eso nos lo recuerdan todos los días. Baja el sueldo pero sube el pan. Sin embargo, uno de esos mitos que desempolvaban nuestros abuelos cuando hablaban de los períodos de lucidez está volviendo a brotar como el azahar.
Y es precisamente esta mezcla de viejo y nuevo la que nos emociona y nos ayuda a colorear nuestras ideas. ¿A qué se debe? Creo que a la falta de seguridad, de haber perdido lo que los psicoanalistas definen como zona de confort. Después de haber superado el trance de cambio de trabajo, de vida e incluso de entorno, la gente comienza a atreverse a crear de su propia cosecha, a sacar lo mejor, porque ya no lo toma como afición, sino como nueva forma de ganarse la vida, pero esta vez, por pasión. Han proliferado los campos de vendimia con productores que antes tenían un traje de tres ojales de segunda piel, así como también lo han hecho los diseñadores de joyas y complementos, de muebles, de espacios… Los compositores, ilustradores, fotógrafos y escritores han dado con su espacio de encuentro y exposición de obras, de manera no territorial y con la posibilidad de acceder a un público mucho más extenso. Lo único que no podemos inventarnos es el tiempo, por lo que organicemos nuestras ideas para disfrutar de la que posiblemente sea la época más creativa en décadas.
Lo notamos sobre todo en la moda y en la decoración. Están más vivas que nunca, cada día ve la luz una nueva tendencia que no se apaga, sino que se fusiona con la siguiente. Las calles se convierten en escenarios de color con mezcla de estilos, exposiciones itinerantes con gente que se sale a la calle a mostrar sus propuestas a modo de feriante, dejándose literalmente la piel para reinventarse.
También somos testigos de la evolución del comercio en el entorno digital. No sólo brotan nuevas marcas con identidad propia o de venta plural, sino que además la ayuda de plataformas de comercio electrónico como Etsy multiplica las posibilidades de exponer los diseños, de manera que el «mercadillo» de ingenio tiene posibilidades inimaginables para muchos de los que se lanzan a probar suerte. ¡Nos hemos vuelto locos por el thrifting! Vivimos en la cultura del DIY, siglas que ya son tan conocidas como otras que se refieren a organizaciones comunitarias o a indicadores de consumo.
Volvemos a valorar los viejos oficios, las creaciones artesanales, incluso en el ámbito culinario. ¡Y lo que es mejor! lo mostramos y lo vendemos, porque algo hecho con nuestras propias manos ya no es «freak» sino chic. Esta práctica americana, cada vez más extendida, no sólo atañe a piezas de segunda mano o a obras de anticuario, sino a todo tipo de mezclas y genialidades que sólo perdiéndonos entre tumultos de gente podemos encontrar.
Sale el sol, el polen y los últimos chubascos del año para recordarnos que es época de salir a la calle a recorrer mercadillos vintage, start-ups y grandes eventos de mercadeo e intercambio creativo como el Mercado de Motores, el Mercado de las Ranas y Nómada Market. Sí, son en la capital, pero seguro que pronto comenzarán a extenderse por toda la geografía española, dado el increíble éxito que suponen, tanto a nivel de consumo como de turismo.
Si os atrevéis a formar parte de esta nueva era de imaginación callejera, las claves para mostrar vuestras dotes de artista son la dedicación, la pasión y el don de gentes.
Pero si estáis en el lado contrario del mostrador y sois unos locos del thriftingque no dejáis pasar ocasión para abrir la cartera, la mejor manera de disfrutarlo es hablar con los creadores, que os cuenten su inspiración, la esencia del producto, lo que lo hace único, su origen y su leyenda.
Salid con un presupuesto fijado desde casa, elaborando un plan de necesidades y decidid si vais a buscar ropa, complementos, mobiliario… Si no lo tenéis claro, hay que apostar a una carta, la mejor pieza que podáis encontrar, la originalidad será el baluarte de vuestra conciencia por el desembolso. Merecerá la pena, seguro, es diseño de gente con pasión, piezas únicas que formarán parte de vuestra vida. Y vosotros de su historia.
Para los que hayáis caído en el capricho como en pozo sin fondo al ver estas fotos, son hallazgos de Pinterest. Cómo no, os recomiendo que os perdáis entre las cosas bonitas de nuestra selección de Nara, pero sobre todo, que salgáis a la calle, hagáis fotos de piezas únicas y las compartáis para fomentar la ayuda a estos artistas que nos iluminan con su pasión.
Hasta el próximo post! ;P
Encuéntranos en las redes sociales:
Es lo único bueno que trae la crisis, que se despierta la imaginación y la creatividad.
Qué alegría leerte por aquí Tracy. Con tanto ajetreo y tema empresarial apenas tengo tiempo para el blog, y desde luego pasar de visita por el tuyo y las decenas que empezamos hace ya unos añitos por aquí.
Necesito unas vacaciones de empresa para poder bloguear y leer a mis blogueras del alma 🙁
Qué triste es la vida a veces que las obligaciones te llevan por un camino que te aleja de tus «devociones»…
Y mil gracias por comentar tan generosamente en decoratualma.
Llevo mucho tiempo observando que hay mucha gente en estos últimos tiempos que solo se molesta en dejar un comentario como moneda de cambio si comentas en sus blogs.
Que pena…
Un grandísimo abrazo querida Tracy!
Bea, que gran post!
Me hubiese sentido muy orgullosa de haberlo escrito yo misma.
Por seo quiero darte las gracias personalmente por haber dejado éste gran trabajo y esfuerzo en nuestro blog.
Me ha encantado leerte y ver los collages que has montado.
Eres grande guapa!
Pero qué bonitas palabras!! Una maravilla de post y es que tienen toda la razón los que hablan de la creatividad en tiempos de crisis.
Un saludos