Una princesa no tiene que haber nacido en alguna Casa Real,
sino que conquista esos apelativos a lo largo de toda su vida.
Casi todas llevamos una princesa dentro.
Lo reflejamos en el gusto por lo bello a nuestro alrededor.
Y no me refiero solo a cosas materiales sino a personas, pensamientos, sentimientos o momentos que atesoramos en las páginas de nuestro cuento particular.
Muchas llamamos princesas a nuestras hijas y decoramos sus habitaciones
y las vestimos de manera preciosa; con mas o menos gusto está claro.
Y también muchas veces disfrutamos viendo espacios que nos transportan al ambiente de aquel cuento infantil que guardamos en la memoria de nuestra niñez.
Para todas las princesas va este post.
que belleza!!!!
Todos y cada uno de los espacios que has puesto me han enamorado!!!
Una preciosidad
Te sigo
Sonia
Qué bobito y tierno post, son unas fotos maravillosas.
jijij, siii, a mi también me encantan!!.
La verdad es que me divierte mucho ver como con el paso del tiempo van variando nuestros gustos, en base a nuestras experiencias y muchas cosas más.
Yo, durante muchísimos años, fuí de negro riguroso y ahora, sin embargo, cada vez me enamora más el rosa y los tonos pastel.
Me han encantado todos y cada uno de estos rinconcitos. Enhorabuena.