De antiguo garaje a moderno loft en pocos meses

En la transformación de este antiguo garaje industrial en un moderno y confortable loft, se han mantenido, sin embargo, muchos de los elementos originales del edificio, que se han combinado con acabados y volúmenes nuevos más contemporáneos. Además, el proyecto llevado a cabo por el estudio Sirëe ha regularizado la planta triangular, que de origen tenía el garaje, con un par de soluciones muy inteligentes.

De un vistazo
Quién vive aquí: Micaela, una joven psicóloga de 32 años
Situación: Barcelona
Superficie: 60 metros cuadrados
Proyecto: Estudio Sirëe
Fotos: Yanina Mazzei

La distribución del nuevo espacio se organizó en torno a este módulo de madera hecho a medida que vemos aquí, ubicado en la entrada. Este elemento multifuncional hace las veces de hall, armario empotrado, escalera, estantería y dormitorio, pues en su parte superior se ubica la cama. Su disposición permite mantener una continuidad espacial en el resto de la vivienda al tiempo que, curiosamente, contribuye a zonificar la cocina y el salón contiguos.

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La puerta sigue en el mismo lugar pero sobre ella se proyecta ahora el altillo que proporciona el módulo de madera, contribuyendo a una entrada con un hall más definido y delimitado visualmente.

Espacio creado por SIRËE, foto original en Houzz

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Esta es la vista desde la puerta de la vivienda hacia el interior, donde vemos la cocina al fondo y parte del altillo del módulo de madera que configura el hall.

Para acondicionar este garaje y convertirlo en un espacio habitable, no solo se realizó una obra a nivel estético, sino que también requirió una serie de gestiones administrativas. Fue necesario presentar un proyecto para ser evaluado por el Colegio de Arquitectos, organismo que emitió finalmente un informe de idoneidad técnica favorable. Tras esto, se tramitaron las gestiones pertinentes con el Ayuntamiento y se pagaron las tasas requeridas para poder empezar con la obra.

“Vivo a pie de calle y eso de entrar en casa sin tener que compartir ascensor, escaleras y rellano me hace sentir muy libre. Al ser un único espacio, me facilita mucho la limpieza pero he de ser muy escrupulosa con el orden porque, como tenga un día perezoso, ¡se convierte todo en un caos!”, cuenta Micaela, la propietaria de la vivienda.

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Los materiales se seleccionaron haciendo un guiño a la época en la que se construyó el edificio, a principios del siglo XX en Barcelona. Así que, aunque los acabados son contemporáneos, presentan ciertas reminiscencias del pasado. Son ejemplos de ello la baldosa hidráulica dispuesta como una alfombra y que delimita la zona de la cocina, el mármol de Macael de la encimera y el salpicadero o la madera decapada del banco de trabajo que hace de isla, que estaba en el antiguo taller y fue restaurado.

Por SIRËE Barcelona, foto original en Houzz

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“En una reunión familiar, mi padre, que es un apasionado del aeromodelismo, nos llevó a ver su hangar privado, con todos los aviones que había construido a lo largo de su vida. Mi primo y yo fantaseamos ya ese día con convertir una parte de aquel garaje en una vivienda”, cuenta Micaela.

Esta pared del antiguo garaje y hangar de aeromodelismo que vemos aquí, se derribó y tras ella se instaló la cocina y un vestidor.

El vestidor se encuentra al otro lado de la cocina, tras el tabique abierto en su parte superior que vemos en esta imagen. Separar esta zona de este modo ayudó a regularizar y a hacer más rectangular el espacio principal donde se encuentran la cocina y el estar, pues la planta es de tipo triangular.

Para unificar los distintos tipos de pared y techo que se encontraban en la construcción previa, se decidió pintar todos los paramentos de blanco, a excepción del que se encuentra en el fondo de este vestidor, pues era el que presentaba una textura y un color más especiales. Con ello, se pretendía asimismo que funcionara como testimonio del pasado del espacio.

Espacio creado por SIRËE, foto original en Houzz

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En la esquina opuesta a la entrada, se aprecia con mayor claridad cómo la planta va tomando forma de triángulo. Para contribuir a rebajar esta percepción, se colocó aquí otro altillo, que debajo alberga el baño. Su parte superior funciona como almacenaje y está abierta, ayudando a que los límites visuales de la vivienda se perciban más livianos y amplios.

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A pesar del reducido tamaño del baño, el estudio Sirëe ha conseguido crear sensación de amplitud gracias a la claridad de los acabados: baldosa tipo metro, parte de las paredes y el techo pintados con pintura blanca lavable a base de emulsión vinílica especial para baños, y baldosa hidráulica en tonos azules en el suelo. Detalles en latón contribuyen a dar un pequeño toque sofisticado al ambiente.

No tengo vistas, pero no las echo de menos”, dice la propietaria. “Tal vez sea porque nunca he vivido en un lugar donde poder gozar de vistas. Si me asomo a las ventanas, lo que veo son árboles y arbustos tanto de jardines públicos como privados que rodean la vivienda. Vivo en plena ciudad pero tengo la suerte de no tener ni un solo edificio enfrente”.

En el diseño de cada una de las zonas se tuvo en cuenta la posición de las entradas de luz, con lo que se consiguió dotar a la vivienda de claridad durante todas las horas del día. A mediodía, el sol entra de manera cenital por una claraboya situada en la cubierta mientras que, al atardecer, dos ventanales aportan luz a toda la estancia.

“La casa tiene tres ventanas grandes que dan al exterior todas ellas y por las que se van colando, a lo largo de la jornada, los rayos de sol. Además, el lucernario que está justo en el centro de la cubierta, aporta siempre mucha claridad a la vivienda. Es una planta baja pero muy bien ubicada. Hay luz suficiente como para calificar a mi cueva de alegre y vital”, cuenta Micaela.

La pared en la que ahora luce el sofá gris que preside el salón, era donde antes se situaba el banco de trabajo del taller, que fue restaurado y reconvertido en la isla actual de la cocina.

Espacio creado por SIRËE, foto original en Houzz

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Sobre el sofá, ahora hay una ventana que deja entrar más luz natural a la vivienda. Multitud de plantas decoran todos los rincones de la casa, siendo una de las principales fuentes de color del espacio. “La tarea de decoración de un lugar como este se hace más exigente; hay que tener cuidado para no terminar por convertirlo en una tienda de lámparas”, dice Micaela.

Para los textiles de la vivienda, Micaela ha recurrido a colores como el gris, el mostaza y el azul, un trío que armoniza muy bien con los tonos y las texturas de los materiales.

La decoración del espacio se ha hecho con piezas familiares heredadas que tienen un gran valor sentimental para la propietaria, aparte de estético. La madera oscura del mobiliario antiguo contrasta con el blanco luminoso utilizado en los paramentos. “El altillo revestido de madera fue la idea que más me ilusionó del proyecto, junto con el suelo de baldosa hidráulica de la cocina y el diseño del baño. Otra cosa que me encanta de vivir en este sitio es no tener vecinos”, concluye Micaela.

 

Artículo original publicado en Houzz.

3 Comments

  • Marta Marín dice:

    Me encanta la idea, aunque me parece muy difícil encontrar estancias que se puedan adaptar como loft en España, ya que es una moda mucho más arraigada en Estados Unidos, donde las casas unifamiliares se llevan mucho más.

    No obstante son ideas buenisimas a tener muy en cuenta.

    Muchas gracias!

  • Los felicito por el blog, es genial. Respecto al post me gusta como aprovecharon los espacios y que cuenten quien vive en el lugar, para hacernos una idea de cómo lo viven.

    Comentario editado: *spam no permitido*

  • Eli dice:

    Muchas gracias por compartir este post, me ha encantado. Poco a poco se está llevando más en España convertir estancias como ésta o un contenedor en un moderno loft.

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