Nunca había sido muy consciente de lo importante
que es estar a gusto en nuestra propia cocina…
… hasta que empecé a hornear y hornear.
Pasado un tiempo,
me di cuenta de que empezaba a necesitar mis propios espacios.
Armarios y rincones de la cocina a los que apenas había prestado atención,
ahora necesitaba tenerlos organizados y adaptados a mi gusto.
Por eso la entrada de hoy va de cocinas:
cocinas especiales, con encanto, con «flow»…
…en definitiva, cocinas con alma.
Hoy me voy a centrar en el amarillo como color principal.
Cocinas «invadidas» por el amarillo o cocinas con pequeños detalles, pero sea de la manera que sea, me parece una tonalidad que aporta una gran vitalidad y calidez a esta estancia de la casa.
La primera opción, si queremos que sea el color predominante de nuestra
cocina, sería aplicarlo en paredes y/o techo, aportando después otros detalles en esos mismos tonos pero sin sobrecargar el conjunto.
Una buena manera de conseguir un ambiente equilibrado y sin estridencias es combinar esas grandes superficies de color con armarios y muebles en tonos blancos.
En esa misma linea podemos, precisamente, optar por la opción «contraria»:
Los muebles y
estanterías en tonos amarillos nos aportan una calidez especial, mucho más clásica y familiar, ya que nos hace pensar en esas cocinas «de toda la vida» (sí, de esas en las que siempre hay bizcochos recién horneados!).
Pero no todos tenemos cocinas donde predomine el amarillo, así que… ¿por qué no destacarlo con pequeños detalles?
De esta manera conseguimos tener una serie de puntos de color repartidos por nuestra estancia que, en conjunto, conseguirán destacar sobre el resto de tonalidades de una forma armónica.
Y para aquellas personas que simplemente quieran incorporar pequeños toques de color en algunos rincones de la cocina, lo ideal será centrarse en los detalles, como por ejemplo:
– Menaje: Especialmente platos, fuentes, recipientes… Utensilios que, sin tener un gran tamaño, se convertirán en puntos de atención dentro de la estancia.
– Decoración: Láminas, relojes, candelabros o cualquier detalle que aporte un toque personal a nuestro espacio.
– Papel pintado: Una opción ideal si queremos darle un aire totalmente distinto a alguna zona específica o algún mueble «demasiado sencillo».
– Flores: De todos los tipos y tamaños! Son el complemento ideal para que cualquier rincón de la casa resulte mucho más acogedor.
Como veis, hay muchos niveles a la hora de incorporar colores en nuestras cocinas. Pero sea como sea siempre se agradece mimar un poquito esas estancias donde hacemos vida y poder estar totalmente a gusto y relajados en ellas…
Al fin y al cabo eso es lo único que diferencia una casa cualquiera de «nuestra casa» 🙂
¡Feliz semana!
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Gracias por las ideas!
aliceinbo2.blogspot.com
Son todas preciosas y muy alegres, tomo nota…;)
El sol dentro de la cocina siempre…yo adoro ese color amarillo que no falta en mi casa.
Un saludo Ana :*
Los detalles en amarillo dan mucha frescura y alegría, las fotos son chulísimas Ana, lo dicho; que no falte este color durante los meses de calorcito 🙂
Dani,
Todas me gustan mucho, pero de quedarme con una sería la última. Es la que encuentro más equilibrada. Preciosa!
Gracias por compartir!
La combinación de colores entre el blanco y el amarillo hace que resalte más la cocina, un contraste muy bonito, las fotos están geniales. Saludos
Muy buena idea el combinar objetos de tonos amarillos para dar color a las cocinas en tonos blancos , son unas ideas fantásticas.